miércoles, 13 de mayo de 2015

Jesús resucitó, y es rockero

Foo Fighters toca 'In the clear' durante su concierto en Bogotá el 31 de enero de 2015.

Fue hace apenas un minuto. Yo, con 14 años en el momento, estaba acompañando a mi mamá a una cita médica y como era de esperarse moría de aburrimiento. Después de todo y como es costumbre en los centros asistenciales, la única entretención posible era el televisor en la sala de espera, que transmitía un canal de videos musicales. Hasta entonces nunca me habían interesado y eso que me considero un loco amante de la música. Sin embargo miré de reojo la pantalla y me encontré con algo que captó mi atención por completo.

El escenario era muy sencillo: piso blanco y un muro rojo. Al frente, un tipo barbudo con pelo largo y tatuajes en los brazos tocaba su guitarra, desafiante. Acá hay que tener en cuenta que crecí en una familia católica, y aunque no soy muy religioso que digamos, la figura de Jesús había tenido un papel importante en mi formación. Por eso al que veía en la pantalla era a ese, a Jesús, pero rockeando y enfrentándose en compañía de su banda, otros tres peludos, a un equipo S.W.A.T. de más de veinte.

A estas alturas los rockeros más despiertos, o al menos los más actualizados, sabrán que me refiero al video de The Pretender, de los Foo Fighters, y que al que veía no era a alguna especie de Cristo resucitado, sino a Dave Grohl, el líder. Pero eso yo no lo sabía en ese entonces. Todo lo que veía era a cuatro tipos ganándole a un ejército a punta de música, ¡y qué música! Al final quedé tan emocionado con la cosa que terminé anotando el nombre de la banda en un papelito, del que, por cierto, me reí, pero tenía que escuchar todo lo que tuvieran.

Sin saberlo me había hecho fan de una de las bandas de hard rock más importantes de la actualidad. También sin saberlo, comencé a seguir a un cantante que hace todo lo que está en su poder para que las nuevas generaciones le tomen cariño al rock, incluidos documentales, apoyo a nuevas agrupaciones y hasta reencauche de las viejas. Así llegaron cientos de bandas: pequeñas, grandes, legendarias, nuevas, viejas, activas y hasta separadas, pero todo gracias a los Foo.

Siete años tuvieron que pasar desde ese primer momento para por fin poder verlos en vivo, ¡y de qué manera!, en mi propio país y acompañado de más de 40.000 almas, que corearon junto a mí y junto a la banda, 20 años de éxitos comprimidos en tres horas de concierto. Son muchas las cosas que me quedan de ese 31 de enero, como la fila que empecé a hacer a las ocho de la mañana, para estar adelante, sabiendo que el concierto iniciaba a las ocho de la noche.

Pero sin lugar a duda son tres los momentos cumbre. El primero, la falla de sonido que hizo que todo el público cantara ‘My Hero’, una de las más emotivas, a capella para que luego Grohl nos regalara estas palabras: “ustedes tienen una voz maravillosa. Ahora dejen que yo les cante, porque acaban de crear un momento hermoso, porque esta noche es la última del tour y porque hemos hecho muchos shows en muchos países diferentes, y nunca hemos tenido un problema como este. Pero estoy feliz de que haya pasado acá porque ustedes cantan excelente”, dejando a todos los asistentes al borde del llanto, yo incluido.

El segundo, el reto. “Cuando canto esta canción, siempre le digo a la audiencia que si pueden responderme cuando canto el coro, si lo hace en un volumen lo suficientemente alto, entonces volveremos a Bogotá”, dijo Grohl mientras comenzaba a tocar una versión acústica de ‘Wheels’, y la audiencia, emocionada cumplió. “Creo que tendremos que volver”, fueron las palabras que siguieron al final de la canción.

Pero es el tercer momento el que más me llegó, seguramente fui el único al que le llegó. Grata fue la sorpresa que me llevé cuando empezaron a tocar ‘In the clear’ y lo primero que se ve es el rostro del cantante enmarcado en medio de una ventana, rodeado por un patrón similar al de esos vitrales que sólo se ven en las iglesias. Yo ya no tenía 21 años sino 14 y nuevamente veía a Jesús, pero entonces lo entendí, este no vino a redimir a la humanidad, sino a un género que poco a poco ha sido relegado y menospreciado por la industria. Dave Grohl es, sin lugar a duda, el hombre que salvó al Rock and Roll.

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